Gestar un proceso de sensibilización que, desde el conocimiento del ser interior de cada uno, favorezca la apertura, desde sí mismo y desde el otro para promover la inclusión y promover el reconocimiento del ser humano integral en respuesta a las necesidades y desafíos actuales de la sociedad.

La humanidad padece el olvido de sí misma, el ser humano se ha olvidado de sentir, ver hacia sí mismo, de reconocerse en el otro, y así comprender su posibilidad y limitación (vulnerabilidad constitutiva). Esto le ha impedido reconocerse, aceptarse y a su vez, percibir y acoger al otro como a su próximo, su hermano. La presente propuesta de diplomado quiere responder a una necesidad sentida de la sociedad: el reconocimiento del otro en tanto próximo, el otro como “mi responsabilidad”. Una apuesta por la humanización que necesariamente pasa por la experiencia existencial de la inclusión como proyecto humano en doble movimiento o doble vía: bajar hacia el otro implica entrar en sí para salir y encontrarse con el rostro del otro, puesto que, ese otro que es distinto y excluido, es en realidad “mi posibilidad de ser”.